Sensibilización y educación ambiental:
Implementar formación ambiental dentro de la organización, que aporte conocimiento y concienciación a todas las personas implicadas a lo largo de la cadena. Es un punto básico para lograr el compromiso general y alcanzar los objetivos marcados. Es extensible a los proveedores y subcontratistas, abarcando así toda la cadena de valor.
Reducción de consumos:
Mejorar la eficiencia de la empresa se traduce en una reducción de consumos, que al mismo tiempo suponen un ahorro económico.
Producción y gestión de residuos:
Un menor consumo de recursos se refleja directamente en una menor producción de residuos. El reciclaje o la reutilización de éstos aporta así mismo un valor añadido. Se puede valorar el hecho de que algunos residuos que ya no son útiles a la empresa, pueden servir para otro proveedor o cliente. Los residuos generados finalmente, deben ser gestionados siguiendo al normativa.
Emisiones atmosféricas:
Tanto la reducción como la compensación de la huella de carbono generada por las empresas implica un beneficio general en la sociedad y más respetuoso con el medio ambiente